TERAPIAS COGNITIVO CONDUCTUALES.
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) trabaja con respuestas físicas, emocionales, cognitivas y conductuales desadaptadas, de carácter aprendido.
La Terapia Cognitivo Conductual tiene una orientación educativa y carácter auto-evaluador a lo largo de todo el proceso de intervención, además de la conceptualización inicial del terapeuta sobre el problema y lógica del tratamiento.
La Terapia Cognitivo Conductual es uno de los conceptos más importantes de la psicología aplicada, ya que permite abordar problemáticas muy diversas aplicando técnicas que cuentan con aval de eficacia científicamente comprobada.
1. TÉCNICAS OPERANTES.
Las Técnicas Operantes son aquellas que implican la manipulación de los antecedentes y consecuentes que controlan la conducta con el fin de conseguir cambios en esta.
En el proceso de refuerzo los estímulos reforzadores pueden ser: incondicionados por las necesidades del individuo; condicionados siendo no automáticos sino aprendidos; tangibles con objetos materiales; y sociales como la valoración, la aprobación o el reconocimiento.
Dentro del proceso de refuerzo se incluyen las actividades reforzantes tanto las placenteras como también las no especialmente gratificantes.
Según el “Principio de Premack” la actividad más frecuente puede reforzar la menos frecuente, es decir si tras una acción A entonces se espera que suceda B se puede conseguir que la acción sea sustituida por C, D u otra alternativa más adaptativa.
La efectividad de los estímulos reforzadores depende de la frecuencia, tasa o cantidad y calidad de respuestas operantes, contingencias o probabilidad, contigüidad o descuento de demora, operaciones de motivación o privación de un estímulo en exposición y magnitud.
Incremento y mantenimiento de conducta:
Reforzamiento positivo es el procedimiento en el que acontece un estímulo placentero. De este modo se incrementa la conducta que precede a un reforzador apetitivo. En el premio la presentación de un estímulo ante una respuesta no necesariamente hace que se repita nuevamente la respuesta. El premio solamente es un reforzador positivo cuando se comprueba que efectivamente aumenta la frecuencia de dicha conducta.
Por otro lado el reforzamiento negativo se asocia a la retirada de un estímulo desagradable. Acontece cuando la retirada de un estímulo aversivo inmediatamente después de la conducta hace que se incremente la respuesta. Se debe prestar atención porque por ejemplo una conducta de evitación puede ser también un refuerzo negativo o proceso desadaptativo.
El programa de reforzamiento son las reglas para aplicar reforzadores. Este procedimiento puede ser continuo o intermitente. El intermitente es más resistente a la extinción de la conducta en función del número de respuestas, la razón fija y la variable, siendo el promedio el que genera más respuestas y es más resistente. Para largo periodo de tiempo es necesario realizar un programa de intervalo.
Adquisición de nuevas conductas:
Moldeamiento es un aprendizaje por observación y enseñanza con reforzamiento y extinción de conductas de aproximación. En este proceso se dan pequeños pasos hacia la actitud final. Es imprescindible definir la conducta meta, evaluar el nivel de ejecución, selección de reforzadores y reforzar aproximaciones teniendo en cuenta la cantidad o frecuencia, latencia o tiempo transcurrido, el espacio, la forma y la intensidad.
El Encadenamiento conecta distintos eslabones de una cadena de conductas intermedias hacia la conducta final. Las conductas deben ser bien definidas, donde la totalidad de la secuencia es la meta final que se desea instaurar.
En el encadenamiento, con frecuencia se utilizan instrucciones e instigadores verbales, se puede presentar la cadena total, donde en cada ensayo se entrenan todos los pasos de la secuencia o bien puede ser hacia adelante o hacia atrás desde la meta.
Instigación es la introducción de ayudas para iniciar y que se lleve a cabo una respuesta. Los instigadores son instrucciones, gestos y también pueden ser un procedimiento de intervención en sí mismos como reglas sociales. Una vez se ha aprendido y consolidado la conducta se emplean las técnicas de atenuación o desvanecimiento gradual.
Reducción o eliminación de conductas:
Reforzamiento diferencial de otras conductas. Se puede reforzar una conducta que es incompatibles con la conducta a eliminar, también se puede elegir aquellas conductas alternativas que compiten con la conducta problema y con conductas funcionalmente equivalentes para la obtención de la misma meta pero de forma más adecuada. Reforzamiento diferencial de tasas bajas de respuesta es utilizado cuando la frecuencia de conducta inadecuada es muy alta o hay pocas conductas alternativas en el repertorio habitual del individuo y puede ser más efectivo aplicar estímulos reforzadores cuando se reduce la frecuencia de emisión.
Las conductas se mantienen por sus consecuencias, por tanto, la Extinción consiste en dejar de reforzar una conducta previamente reforzada, aunque esta técnica no instaura una conducta alternativa. Por este motivo hay que ser consciente de la tendencia a la recuperación espontánea que después de haberse reducido una conducta por falta del procedimiento de reforzamiento puede aparecer e incrementarse nuevamente.
El proceso de extinción es gradual. Esta técnica no es la más efectiva para eliminar conductas agresivas. Debiendo tener en cuenta la ausencia de reforzamiento de una conducta suele incrementar su intensidad o frecuencia (“estallido de la extinción”). Por otro lado, si no se aguanta el tiempo necesario para que la conducta vaya decreciendo y se presta atención a que termine la conducta problemática entonces la extinción no solo no se producirá sino que vera nuevamente reforzada y fortalecida.
El castigo difiere de la penalización porque el castigo siempre está aparejado a la reducción efectiva de la conducta.
El castigo positivo hace referencia a la reducción de la frecuencia futura de una conducta cuando tras su emisión se presenta un estímulo aversivo o se retira un estímulo positivo de manera contingente con ello. La aparición de lo rechazado o desagradable se puede dar por estímulos aversivos incondicionados universales o por estímulos condicionados por procesos y asociaciones.
El castigo negativo supone la retirada de consecuencias apetitivas, es decir, desaparece lo valorado y agradable. El coste de respuesta se refiere a la pérdida de un reforzador positivo del que dispone un individuo.
El tiempo fuera de reforzadores positivos generalizados no debe terminar hasta que se haya cumplido el tiempo establecido y no debe servir para ayudar a escapar de una situación que resulte desagradable o incómoda, en cuyo caso se estaría convirtiendo en un procedimiento de reforzamiento negativo que incrementaría la conducta inadecuada.
Algunos efectos negativos del castigo son las acciones emocionales adversas, las conductas de escape y evitación, la reacción con agresividad, el aprendizaje del castigo por modelado y la perpetuación del castigo descuidando el refuerzo de otras conductas o facilitando el aprendizaje de otras alternativas educativas más adecuadas.
Sobre-corrección es el esfuerzo en realizar una tarea incomoda o molesta pero no aversiva. Es una penalización por “restitución” corrigiendo los efectos positivos o por “práctica positiva” repitiendo la conducta apropiada.
Los programas de economía de fichas combinan procedimientos de reforzamiento y de castigo. Consiste en entregar un reforzador generalizado (ficha) por coste de respuesta.
El contrato de contingencias es un acuerdo en el que se especifican las conductas que se desean instaurar o eliminar.
2. MODELADO.
Una gran cantidad de conductas se aprenden, se mantienen y se extinguen mediante la observación, aunque el observador no haya dado respuesta imitativa alguna en el momento y, por tanto, no sea reforzado por ello. Cuando un observador aprende la conducta de un modelo, aprende también sus consecuencias. El aprendizaje vicario no requiere necesariamente la exposición directa de un modelo, también puede ocurrir a través de la comunicación por medos simbólicos, como la imaginación o la transmisión oral o escrita.
Modelado es el aprendizaje por ejecución de una conducta por un “modelo”. En la primera fase se observa la conducta, acciones u opiniones del modelo real o simbólico. El segundo paso es asegurarse que el observador presta atención, retiene la conducta o secuencias de conductas para ser capaz de reproducirla. En la tercera fase es imprescindible la aceptación e influencia por la conducta del modelo para de ese modo imitarla. La ejecución de conductas puede ser por imitación específica de la misma conducta o general comportándose de forma similar pero no idénticamente. El castigo vicario tiende a promover conductas de contra-imitación específica realizando justo lo contrario a lo observado; y por contra-imitación general comportándose diferente al modelo pero no necesariamente en la dirección opuesta.
Cuando el objetivo del modelado es reducir el déficit de habilidades o enseñar nuevas se puede utilizar el tipo de modelo “mastery” o competente y también el modelo “coping” o de afrontamiento que inicialmente muestra dificultades pero las supera al ir mostrando menos ansiedad y mayor destreza. El proceso de extinción vicaria acontece cuando un modelo demuestra que las conductas evocadoras de ansiedad no conllevan consecuencias negativas.
El modelado puede ser en vivo realizado por el modelo, modelado simbólico e incluso modelado encubierto pidiendo al observador que imagine las escenas; auto-modelado con vídeos y soporte de ayuda; modelado en auto-instrucciones verbales; modelado pasivo sin ayuda del terapeuta para realizar las acciones observadas.
El modelado por participación guiada o desensibilización por contacto requiere la exposición y actuación del modelo ante una situación o estímulo aversivo; la instigación, el ensayo de conducta, el modelado o el proceso de desensibilización en vivo; la retirada progresiva de los instigadores que incitan física y verbalmente; y por último la práctica de la conducta en otros contextos y otros modelos para fomentar la generalización.
3. TERAPIA DE EXPOSICIÓN.
Se ha argumentado que la relajación reduce el malestar que produce la Exposición al contacto con el estímulo temido, un tiempo lo suficientemente largo como para que tenga lugar la habituación o familiarización al estímulo y extinción del condicionamiento o respuesta de miedo y ansiedad. La Extinción es el mecanismo que implica el debilitamiento de una respuesta por eliminación de los refuerzos o señales que la mantienen.
La Exposición prolongada brinda la oportunidad de establecer nuevas asociaciones y aprendizajes más adaptativos que las conductas de evitación y el escape ante las situaciones conflictivas.
Tipos de Exposición: se puede realizar Exposición en vivo que es muy efectiva para fobias específicas. Debe haber un nuevo aprendizaje y por tanto una reducción del grado de activación fisiológico y psicológica; la Exposición simulada representa la situación temida en un ambiente controlado; la Exposición simbólica a través de imaginación, representaciones visuales, auditivas o mediante realidad virtual; la Exposición en un contexto grupal se refiere a la planificación y evaluación de las sesiones pero se mantiene la ejecución de la propia Exposición a nivel individual. Según la intensidad puede ser gradual o comenzar por la situación de mayor ansiedad (“inundación”). Según la frecuencia puede ser prolongada y masiva a diario o espaciada en el tiempo que lleva asociado una probabilidad de recaídas menor.
Los elementos de la Terapia de Exposición prolongada para Trastornos de Estrés Postraumáticos son la educación sobre respuestas comunes al trauma; el entrenamiento en respiración que induzca calma; Exposición en vivo repetida a situaciones y objetos que el paciente evita debido a la ansiedad que produce el trauma; y la Exposición prolongada en imaginación a los recuerdos traumáticos, reviviendo y revisando el recuerdo de la experiencia traumática en la imaginación.
4. TERAPIA COGNITIVA.
El modelo cognitivo sostiene que los individuos ante una situación estimular no responden automáticamente, sino que antes de emitir una respuesta emocional o conductual perciben, clasifican, interpretan, evalúan y asignan significado al estímulo, en función de sus supuestos previos o esquemas de organización cognitiva.
Los esquemas cognitivos tienen que ver con la abstracción, la interpretación y el recuerdo; los esquemas afectivos son responsables de la generalización de los sentimientos; los esquemas motivacionales se relacionan con los deseos; los esquemas instrumentales preparan para la acción; y los esquemas de control están involucrados en la auto-observación y la inhibición de las acciones.
Las creencias incondicionales nucleares de uno mismo y del mundo, son más estables en el tiempo y hacen referencia a las necesidades básicas. Las creencias intermedias son reglas, actitudes y supuestos básicos que suelen poder formularse en términos proposicionales del tipo “Si acontece… entonces sucede…”
Los procesos cognitivos son reglas transformacionales, sesgos confirmatorios que hacen referencia a la tendencia de los individuos a procesar, codificar y recuperar información. Los productos cognitivos son pensamientos automáticos que generan los sentimientos.
Las distorsiones cognitivas son los sesgos negativos que cometen las personas con problemas emocionales y depresión. Estas son: Catastrofismo, inferencia arbitraria, comparación, pensamiento absolutista dicotómico, descalificación de lo positivo, razonamiento emocional, valía a base de opiniones externas, adivinación, etiquetado peyorativo, magnificación y minimización, leer la mente, sobre-generalización, perfeccionismo, personalización, afirmaciones con “debería” y abstracción selectiva.
Los trastornos de personalidad se caracterizan por un conjunto de creencias, actitudes, afectos y estrategias que forman un perfil cognitivo, una concepción de sí mismo y unas estrategias de adaptación al entorno social. Estos trastornos son: por evitación, por dependencia, pasivo-agresivo, obsesivo compulsivo, paranoide, antisocial, narcisista, histriónico y esquizoide.
Técnicas para identificar creencias o esquemas cognitivos y supuestos básicos subyacentes son: Búsqueda de reglas de inferencia tipo “si… entonces…”, detectar los debería y tendría, detectar temas comunes en pensamientos automáticos, utilizar la técnica de la flecha descendente para profundizar con preguntas encadenadas hasta llegar a creencia nucleares, plantear situaciones hipotéticas, técnicas emotivas, evaluación mediante cuestionarios tales como; escala de actitudes disfuncionales.
Técnicas para el cambio de creencias nucleares y supuestos básicos son: Reconocimiento de un continuo cambio de creencias nucleares y específicas, registro de datos positivos y evidencia de viejos y nuevos esquemas, establecer criterio de lo que se considera cambio de creencia, ensayo de conducta, actuar como si el nuevo esquema ya estuviera consolidado, confrontar con el pasado las antiguas y nuevas creencias, promover una nueva imagen, solicitar apoyo social y consenso, análisis de ventajas e inconvenientes del cambio de esquemas, proyección en el tiempo, lecturas recomendadas y realización de tareas para casa.
Las técnicas de intervención en Terapia Cognitiva se fundamentan en conductuales, emotivas y cognitivas.
Las técnicas conductuales se centran en la programación de actividades, el role playing y las técnicas de afrontamiento y control de estímulos tales como; relajación y control de la respiración, exposición graduada y entrenamiento asertivo.
Las técnicas emotivas se basan en la inducción de la auto-compasión para facilitar llorar cuando necesitan hacerlo, inducción de cólera controlada, distracción externa, hablar de forma limitada de los sentimientos de malestar, evitar verbalizaciones del tipo “no puedo…” y análisis de responsabilidad.
Las técnicas cognitivas deben facilitar el cuestionamiento socrático para permitir identificar y cambiar pensamientos negativos. Los procedimientos fundamentales mediante los cuales se lleva a cabo la detección y el cuestionamiento de pensamientos, distorsiones y creencias son los Auto-registros tales como el registro diario de pensamientos distorsionados y el descubrimiento guiado con preguntas generales abiertas.
Las técnicas cognitivas específicas se centran en la conceptualización alternativa, la atribución y modificación del locus de control interno-externo, la estabilidad e inestabilidad y la especificidad global y especifica. Por último, cabe destacar las técnicas basadas en la imaginación tales como: parada de imágenes, repetición continuada, proyección temporal, imaginar metáforas, parada de imagen catastrófica, imaginación inducida, repetición de metas, imaginación positiva e imaginación con estrategia de afrontamiento.
5. TERAPIA RACIONAL EMOTIVA CONDUCTUAL.
La Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) se enfoca en resolver problemas emocionales y conductuales mediante un modelo de interrelaciones entre acontecimientos activadores que por sí mismos no provocan consecuencias emocionales, conductuales o cognitivas, si no que estas dependen de cómo se perciba o interprete dicho acontecimiento activador.
Las creencias racionales e irracionales tienen repercusión en las consecuencias emocionales y en la consecución en las metas y propósitos.
TREC se centra en resaltar la importancia de cuatro formas de pensamiento irracional interdependientes: Las demandas o exigencias con respecto a creencias absolutistas de debería y tendría que; el catastrofismo; la baja tolerancia a la frustración; la depreciación o condena global de la valía humana.
Cuando los individuos presentan demandas absolutistas sobre el mundo, otras personas, o ellos mismos y cuando estas demandas fallan entonces se genera malestar emocional que dará lugar a los siguientes tipos de ansiedad o perturbación psicológica:
La “ansiedad del yo” o malestar emocional intenso que se acompaña con frecuencia por sentimientos fuertes de depresión, vergüenza, culpa o incapacidad y sintiendo que su valía personal está amenazada. Es asociada a creencias relacionadas con incompetencia o descalificación personal.
La “ansiedad perturbadora” al considerar la vida o el bienestar amenazado. Es asociado a una baja tolerancia a la frustración y la no aceptación del malestar, al considerar que las emociones negativas son malas y que no se deben de tener.
Las técnicas utilizadas en las sesiones de TREC son:
Técnicas cognitivas que se fundamentan en técnicas de discusión y debate con un estilo de comunicación socrático, metafórico, teatral y humorístico. De este modo se emplean herramientas didácticas de persuasión como el análisis y evaluación lógica; formularios de auto-registros; reducción al absurdo; análisis y evaluación empírica; contradicción con el valor apreciado; apelar a consecuencias negativas y positivas; y auto-instrucciones racionales.
Técnicas conductuales como el ensayo de conducta mediante el rol playing; inversión de rol racional; auto-refuerzo y auto-castigo; entrenamiento en habilidades sociales; entrenamiento en solución de problemas; y técnicas de exposición en vivo.
Técnicas emotivas como la imaginación racional emotiva y el uso del sentido del humor.
6. TÉCNICAS DE HABILIDADES DE AFRONTAMIENTO Y SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
La Terapia Racional Emotiva Conductual y la Terapia Cognitiva son terapias de restructuración cognitiva, puesto que el objetivo fundamental es eliminar los pensamientos negativos, sesgos cognitivos y creencias inadecuadas que generan y mantienen comportamientos desadaptados o malestar emocional. Sin embargo hay otro tipo de problemas ya sea por conducta, malestar emocional o estrés que se mantienen por un déficit de estrategias de afrontamiento. Estos conflictos internos están relacionadas no tanto con lo que las personas están pensando sino más bien con lo que no están pensando. Este déficit de habilidades impide o limita la puesta en marcha de repertorios comportamentales, procesos de auto-regulación emocional, reflexión y toma de decisiones que de estar presentes permitirían afrontar con excelencia la gestión de los acontecimientos vitales negativos.
Intervenciones en Terapia Cognitivo Conductual cuyo objetivo fundamental es el incremento de las habilidades de afrontamiento son: El Entrenamiento en Auto-Instrucciones; el Entrenamiento en Inoculación de Estrés y la Terapia de Solución de Problemas.
El Entrenamiento en Auto-Instrucciones tiene el objetivo de instaurar o modificar el diálogo interno para aprender a aprender, pensar y planificar antes de actuar. Las cinco fases del entrenamiento son: Modelado cognitivo, modelado cognitivo participante, auto-instrucciones en voz alta, desvanecimiento de las auto-instrucciones en voz alta y auto-instrucciones encubiertas.
El Entrenamiento en Inoculación de Estrés (EIE) debe adecuarse a cada individuo, en función de las características específicas de la situación y del problema de estrés que se pretende prevenir o eliminar.
Las fases del EIE en ocasiones se solapan entre sí. Estas son: en primer lugar la conceptualización, para lo cual se realiza una evaluación diagnostica de los problemas y se vuelve a conceptualizar el problema. En segundo lugar la adquisición y entrenamiento en habilidades. Por último la fase de aplicación y consolidación de las habilidades adquiridas donde se aplican estrategias de afrontamiento, así como de mantenimiento y generalización.
En la fase de adquisición de destrezas de afrontamiento y ensayo de las mismas hay estrategias a las que se asocian técnicas concretas. Estas son:
Estrategias cognitivas con técnicas de solución de problemas, entrenamiento en auto-refuerzo, restructuración cognitiva y auto-instrucciones para una preparación a la hora de enfrentarse al estresor, afrontamiento de las sensaciones de estrés y la valoración de esfuerzos personales.
Las estrategias de control de la activación emocional se basan en ejercicios de relajación y respiración profunda. Las estrategias conductuales son desarrolladas con la exposición en imaginación, modelado, exposición graduada, técnicas operantes y entrenamiento en habilidades sociales.
Las habilidades de afrontamiento paliativo son aquellas estrategias que pueden ayudar a mitigar el malestar producido por una situación cuyo grado de amenaza es de difícil alteración o control de la misma. Se resumen en: toma de perspectiva, contacto con personas en situación similar, desviación de la atención, apoyo social y expresión emocional.
La Terapia de Solución de Problemas (TSP) pretende ayudar al individuo a adoptar una forma de afrontamiento más realista y positivo, a entender el papel de las emociones de forma más eficaz y a desarrollar creativamente un plan de acción dirigido a reducir el malestar psicológico e incrementar la sensación de bienestar.
La TSP tiene tres etapas: de evaluación, intervención y mantenimiento y, por último, generalización. Del mismo modo, tiene las siguientes cinco fases:
En el inicio se procede a la orientación general hacia el problema. En segundo lugar se realiza la definición y formulación del problema, en relación a hechos de lo que es y no sobre interpretaciones sobre lo que debería ser. La tercera fase se centra en la generación de alternativas de solución siguiendo los principios de a mayor cantidad de soluciones mayor probabilidad de encontrar la adecuada y a mayor diversidad mayor potencial de adaptación. Mientras se están valorando alternativas se sebe aplazar el juicio sobre su viabilidad. La cuarta fase es la toma de decisiones de las mejores alternativas. En la última fase se desarrollar la verificación e implementación de la solución con auto-control, auto-evaluación y auto-reforzamiento.
7. TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO.
La Terapia de Aceptación y Compromiso es un enfoque innovador dentro del ámbito de la psicoterapia. A diferencia de la terapia cognitivo-conductual, que se centra principalmente en cambiar patrones de pensamiento disfuncionales, la Terapia de Aceptación y Compromiso invita a aceptar pensamientos y emociones, en lugar de luchar contra ellos. Este enfoque puede resultar liberador y empoderador para aquellos que buscan un cambio significativo en sus vidas.
La Terapia de Aceptación y Compromiso se basa en la idea de que el dolor humano es una parte natural de la experiencia de vida. En lugar de intentar eliminar el dolor emocional o evitar situaciones difíciles, esta terapia enseña a los individuos a convivir con sus pensamientos y sentimientos difíciles, permitiéndoles vivir una vida más plena y significativa.
La Terapia de Aceptación y compromiso se centra en los siguientes procesos clave:
- Aceptación: Implica abrirse a las emociones y pensamientos difíciles sin intentar evitarlos o suprimirlos. Aprender a aceptar lo que no se puede controlar puede reducir el sufrimiento emocional.
- Desidentificación del yo: Ayuda a las personas a separarse de sus pensamientos y emociones, entendiendo que no son definiciones absolutas de quiénes son. Esto fomenta una mayor flexibilidad psicológica.
- Mindfulness: Se utilizan prácticas de atención plena para ayudar a los individuos a estar presentes en el momento actual, lo que les permite observar sus pensamientos y emociones sin juicios.
- Valores: Anima a los clientes a identificar aquello que realmente valoran en la vida. Esto sirve como una brújula para guiar las decisiones y acciones hacia una vida más significativa.
- Compromiso con la acción: Una vez que se han identificado los valores personales, la terapia motiva a los individuos a tomar acciones concretas alineadas con esos valores, incluso si esto implica enfrentar el miedo o la incomodidad.
- Flexibilidad psicológica: El objetivo final es desarrollar una mayor capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la vida, permitiendo una respuesta más efectiva ante los desafíos emocionales.
La Terapia de Aceptación y Compromiso es adecuada para una amplia variedad de problemas emocionales y psicológicos, incluidos trastornos de ansiedad, depresión, estrés postraumático y problemas relacionados con el manejo del dolor crónico. También es beneficiosa para aquellos que buscan mejorar su bienestar general, aumentar su resiliencia o explorar su sentido personal de propósito.
Si sientes que tus pensamientos o emociones te están limitando y deseas vivir una vida más rica y alineada con tus valores personales, la Terapia de Aceptación y Compromiso puede ser la solución adecuada para ti. Este enfoque no solo te ayudará a aceptar aquello que no puedes cambiar, sino también a comprometerte con acciones significativas que te acerquen a una vida más plena.
Mantén la calca con:
POSICIONAMIENTO para confiar con responsabilidad, seguridad, decisión y autonomía. Establecer límites y ser coherente con la disciplina positiva facilita entender y mantener las reglas de convivencia y desarrolla el autocontrol.
ESTIRAMIENTO para el elogio de los logros, aunque sean pequeños. Para facilitar el empoderamiento personal. Reconocer las buenas acciones es más eficaz, para alentar la buena conducta a largo plazo, que las reprimendas. La generosidad de proponerse encontrar algo para elogiar todos los días es un camino de recompensa y felicidad. Los gestos amables de forma sencilla y sincera riegan un hermoso jardín de rosas con su fragancia y sus espinas.
SACUDIDA de los prejuicios para razonar y hacer entender la diversidad de puntos de vista según la diversidad de circunstancias. Dialoga apreciativamente, negocia las múltiples posibilidades o sugerencias de mejora y ofrece alternativas para la cooperación en la toma de decisiones y la motivación para llevarlas adelante.
APERTURA para comprender con empatía e integridad. Expresa con sinceridad lo que te preocupa y necesitas. Evita echar culpas, hacer críticas personales o buscar defectos; todo esto puede debilitar la autoestima y provocar resentimiento. Orienta, conduce y alienta dejando manifiesto que la llave de la felicidad es el respeto y el amor incondicional.
RELAJACIÓN para compartir la armonía y la alegría con solidaridad, amando a los/as demás como a ti mismo/a. Aprende a estimarte a ti mismo/a para conseguir amar a quienes te rodean, incluso a todo el mundo del que somos parte. Somos un mismo latir, con un corazón limpio y claro para reflejar luz.
Juega con autenticidad y recuerda quien eres en Verdad.
Posiciónate estable, mueve la columna y vive en la tierra como un presente.
Estira tus extremidades y relaja la cabeza. Se creativo/a, fluye en la vida con espontaneidad.
Sacude las caderas y quema tus miedos afrontándolos con sinceridad
Abre el corazón sintiendo plenitud, inspira profundo e inspira a otros humanos a construir un mundo mejor. Cultiva cualidades que deseas ver florecer como el respeto, la cordialidad y la honestidad. Se generoso/a, ten detalles por los demás sin esperar una retribución. Expresa agradecimiento, valoración y amabilidad. Estímate y trata a los seres vivos del mismo modo que te gustarían que te tratasen a ti.
Recuerda que todas las almas somos Uno. Ríe y que el mundo no se pierda tu sonrisa.
DISCIPLINA POSITIVA
La Disciplina Positiva es una metodología educativa diseñada para ayudar a las personas a convertirnos en adultos responsables, respetuosos y llenos de recursos.
Toda acción tiene una consecuencia. Las normas coherentes aportan seguridad y ayudan a aprender las formas adecuadas de comportarse para saber cómo actuar, aunque no debemos entender la disciplina como una imposición de normas, reglas y formas de actuar. La disciplina ha de ser un medio para el desarrollo sano y feliz, un camino para enseñar a ser autónomos/as y responsables.
5 elementos para ejercer la Disciplina Positiva:
- Responsabilidad y respeto mutuo de las necesidades. Aprender de los errores y modificar las creencias limitantes en lugar de cambiar solamente los comportamientos disruptivos. La firmeza que demuestra interés por el desarrollo de la persona es necesaria en una disciplina que enseñe positivamente no siendo ni permisiva ni tampoco punitiva.
- Comunicación apreciativa centrada en los logros y habilidades, para resolver problemas fomentando la implicación personal y el descubrimiento de las capacidades de autoestima, autocontrol, autonomía y empoderamiento personal.
- Motivación intrínseca. Cuando alentamos, ponemos atención al esfuerzo y la mejoría, no simplemente al éxito. Esto fortalece la autoestima y la estimula. Es vital enseñar habilidades valiosas para un buen carácter.
- Pertenencia y sentido de comunidad. La preocupación por los demás, la solución de problemas y las habilidades sociales de colaboración y cooperación deben ser una meta común en el hogar, los centros educativos y la comunidad.
- Cariño y educación en valores y virtudes. Es fundamental la comprensión del porqué se debe actuar libremente para el bien común en la cotidianeidad. Si no llegamos a que se comprenda la conveniencia del orden de los límites, cuando se elimine el factor que se teme, se actuará según plazca, porque no se habrá interiorizado que cada cual es el responsable de sus palabras y actos; no se entenderá las normas y no se sabrá analizar y valorar las consecuencias.
Constantemente evalúa y retroalimenta el proceso al establecer los objetivos de conducta que se acuerda que se quiere conseguir con mutua involucración. Elabora un plan consensuado, siendo más importante caminar hacia esa dirección sin estresarse en conseguir resultados sino en disfrutar del proceso de mejora enfocado en las diversas soluciones.
Los elementos más efectivos para educar y facilitar mejores comportados se centran en el trabajo preventivo y proactivo.
La metáfora de los cinco elementos de la naturaleza nos ayuda a entender que estos también se manifiestan en el psiquismo, en la forma de movernos, en la de relacionarnos y en el modo en el que interpretamos la realidad.
La tierra nos abraza, nos nutre con entrega y contención. Abrazar y dar muestras de afecto es básico para desarrollarse emocionalmente. Las caricias y los abrazos ayudan a gestionar las emociones. Simplemente acompañar en silencio es una muestra de cuidando y valoración al otro, es un gran paso para abonar un vínculo sólido. El sentimiento de pertenencia a un grupo es un sostén que facilita prosperar en las inteligencias múltiples de los/as educandos/as.
El agua nos facilita dejarnos fluir con creatividad e intuición. Proyectar calma y seguridad durante las situaciones difíciles es fundamental pues las emociones resuenan y son contagiosas. En los momentos difíciles se requiere guía y apoyo. Por lo tanto, si nuestra respuesta a un mal comportamiento es de mayor estrés o enojo, en vez de ayudar a gestionar sus emociones, estaríamos causando más desequilibrio.
Si hay un estado emocional alterado o con enojo es necesario esperar a estar más calmados para analizar, dialogar, cuestionar y reflexionar. Al reflexionar es importante centrarse estrictamente en lo que pasó y de las emociones que se dieron. Siempre hay que evitar culpabilizar y no usar términos que definan a la persona (ej. eres irrespetuoso, malcriado, grosero) sino palabras que definan a las emociones sentidas (ej. miedo, ira, celos) y a la situación (ej. desorden, ruido, falta de comunicación).
El fuego transforma la frustración en aceptación para gestionar y transmutar los conflictos.
Identificar, gestionar, expresar y verbalizar nuestras propias emociones facilita ser un modelo positivo para aprender a hacer lo mismo de manera socialmente aceptable.
El simple hecho de poder identificar la emoción y poder verbalizarla disminuye la tensión en gran medida, por eso es tan importante abrir espacios de comunicación para poner palabras a las emociones, de reflexión y de escucha para encontrar salidas aceptables a las dificultades cotidianas.
Encontrar espacios de desahogo es básico para prevenir una escalada de conflictos. Cada persona es diferente, a unas les sirve escribir, a otras meditar, a otras practicar algún arte, hacer deportes o salir a caminar. Desarrollar el autoconocimiento es la luz para encontrar lo que funciona para cada quien.
El aire nos permite conectar con la introspección para aportar más humildad, delicadeza y sensibilidad al empatizar con las necesidades de los demás.
La mayoría de los malos comportamientos son síntomas de una emoción que necesita ser expresada. Siempre hay un sentimiento o emoción de por medio y comportamientos que reflejan un interés vinculado a una necesidad profunda que quiere ser solventada.
Comprender cada comportamiento desde su origen es la clave para actuar efectivamente. Si añadimos a esto expectativas realistas, entonces empezaremos a juzgarlos menos y escuchar las necesidades más profundas que los intereses y acciones superficiales que muestran.
El éter es la toma de conciencia con amor y valoración. No hay emociones mejores que otras, todas deben ser aceptadas y tienen que tener un espacio para ser expresadas. Eso no significa que valga expresarlas de la forma que sea. Si no se genera un espacio donde disponer de herramientas verbales entonces es frecuente recurrir a acciones para expresar o canalizar las emociones. Por este motivo es esencial la prevención para primero generar espacios de armonía donde identificar las emociones, para después validarlas con una palabra o frase con su correspondiente entonación que la identifique o defina. Para aprender a gestionar primero hay que abrir la posibilidad de sentir y reconocer lo que se siente. El validar significa dar permiso para sentir sin juzgar, castigar, aislar o amenazar por el hecho que están sintiendo una emoción desagradable.
La confianza, la aceptación, el saber compartir, la empatía y el amor incondicional son elementos naturales en el ser humano que nos empoderan personal y socialmente.
Facilitemos los medios y estrategias para que las personas logren dar con la solución adecuada.
Tierra para posicionarnos con FIRMEZA, actuando con determinación y claridad al poner límites y normas.
Agua para estirarnos con PACIENCIA para enfrentarse a los retos
Fuego para sacudirnos con TEMPLANZA y fuerza de voluntad, para mantener el orden y las reglas de forma consistente
Aire para abrirnos con TERNURA expresando cariño, protección y apoyo. El aire es una metáfora de nuestro potencial afectivo que nos permite comunicarnos con aprecio, valoración y amor, primero hacia adentro y después hacia los demás, sin perder la conexión con uno/a mismo/a.
Éter para relajarnos y reírnos con sentido del humor y ALEGÍA.
Toma conciencia de las dificultades, amenazas, así como las fortalezas y oportunidades de mejora. Reconoce y potencia las habilidades personales y comunitarias. Mantén expectativas realistas en constante cambio según se va peregrinando por las áreas que necesitan la mayor atención, en lugar de intentar abordar todo a la vez. Paso a paso, reconoce cuando necesitas ayuda o te sientes agotado/a.
Recarga energías y encuentra la paz en el silencio interior, en la naturaleza, en el arte de encontrar el gozo en la vida sencilla y plena.
Sé humilde, reconoce que todos/as somos como niños/as aprendiendo a amar. El primer paso para sanar es perdonarse, reconocer nuestra vulnerabilidad y perdonar. Sé un ejemplo que otras personas puedan seguir, Haz de tus valores un sendero que a otras personas les ayude a avanzar en su propio peregrinar.