Procesos de transformación a nivel personal y colectivo
Tomar conciencia de nuestro propio modo de posicionarnos, sentir, pensar y relacionarnos para gestionar la propia responsabilidad de liberar tensiones, cargas emocionales y generar confianza. 

El Coaching Corporal propone una serie de prácticas para leer la historia emocional, las estructuras de conductas mentales y los hábitos que la persona ha dejado escritos en su cuerpo.

Una vez que tomamos conciencia de estos patrones a modo de corazas, entonces, podemos borrar viejas memorias para poder reescribir el presente con autoconocimiento de las potencialidades.

A través del Coaching y las Técnicas Activas Psicodramáticas, escuchas tu cuerpo, reconoces tus emociones, las integras y las transformas a través de la expresión corporal con comunicación auténtica.

El cuerpo humano es sabio y todos tenemos un sanador interno capaz de reparar cualquier desequilibrio y restaurar la salud física y psicológica.
En el acompañamiento del Coaching es imprescindible empoderar a la persona para que tome responsabilidad de sus propias acciones. La persona consigue transformarse y desarrollarse mientras camina hacia una meta.

Técnicas eficaces de trabajo corporal son el juego espontáneo, la risa, el ritmo, la expresión dramática, la respiración, el contacto sanador, la atención plena, la relajación, etc. El objetico es generar un espacio para el propio descubrimiento de las fortalezas, oportunidades, dificultades y amenazas para integrarlas y transformarlas en la cotidianeidad, así como; elaborar un plan de acción para que permita la obtener resultados medibles y en conexión con nuestra naturaleza esencial.

Al activar el cuerpo físico, también activamos el campo electromagnético vital y la energía vital se expande al cuerpo emotivo y mental. Con el coaching corporal podemos aumentar la sensibilidad de la cantidad de energía que gastamos en quejas y protestas, para retomar el poder personal de ser responsables de nuestras acciones desde nivel sutil hasta manifestaciones concretas en acciones y tareas para conseguir objetivos afines a retos de desarrollo personal, social y espiritual.

El coaching corporal trabaja desde dónde está cada persona según sus necesidades e intereses y facilita pasear hacia el rumbo al cual quiere dirigirse.

El proceso de coaching se vincula a planificar objetivos, analizar las dificultades y amenazas de la realidad, valorar las fortalezas, oportunidades o alternativas, responsabilizarse de las decisiones y celebrar los éxitos. Son 5 pasos que se disfrutan con los 5 ELEMENTOS de la NATURALEZA:

P

Tierra para posicionarnos ante nuestros objetivos específicos, medibles o apreciables en un plazo delimitado. Tomar tierra es una metáfora de integrar nuestros objetivos personales de forma visual con una imagen, auditiva con palabras y kinestésica con sensaciones. Hay que saber en dónde y con quien vamos a sembrar nuestras acciones. Las semillas no crecen en cualquier lugar hay que cuidarlas en un marco temporal con plazos y fases de crecimiento.

A

Aire para abrirnos ante la realidad orientándonos a resultados alcanzables en nuestra realidad. Los pensamientos son semillas de inspiración, el viento los transporta con motivación y libertad ante las creencias limitantes.

S

Fuego para sacudirnos ante las opciones y alternativas más convenientes. Todos necesitamos energía para abordar los conflictos y reformular objetivos en relación al chequeo ecológico de áreas y personas afectadas, posibles renuncias o precios.

E

Agua para empoderarnos en la decisión de fluir con el plan de acción según las circunstancias, recursos, necesidades, obstáculos y limitaciones. El agua es cristalina y pura como metáfora de tener la claridad de ser un observador imparcial y visualizarse en el futuro para meditar sobre qué pasaría tanto si se consiguen los objetivos como si no se consiguen. El agua siempre encuentra caminos con infinitas formas de movimiento para continuar el ciclo de la vida. De igual modo, siempre hay que imaginar opciones y generar un mar de posibilidades.

O

Éter para armonizarnos con compromiso en qué hacer, para qué hacerlo, cuándo hacerlo y con qué paradigma dar un paseo hasta la realización de la sana acción, la cual existe en el espacio y tiempo en el que se integran los valores personales, sociales y espirituales.

El COACHING CORPORAL es el proceso en el que podemos dar un “PASEO”, de natural belleza, con el objetivo de impulsar a disfrutar del camino, sabiendo que la meta es saber llegar más allá de los obstáculos y de la zona de confort.

Nos Posicionaremos respetando y honrando nuestro propio cuerpo tomando conciencia de nuestra manera de caminar por el mundo de las ideas y las emociones. Nuestras relaciones son espejos de nuestra forma de ver o interpretar el mundo. Cuanto más enraizados y seguros estamos más limpio son los ojos con los que miramos y con más empatía nos permitimos ser reflejados.

En esta primera etapa tomamos tierra. La tierra que habitamos es nuestro cuerpo. Antes de plantear objetivos y metas tenemos que clarificar quienes somos realmente y hacía que lugar nuestra alma nos empuja a llegar a ser.
Si somos semillas que sueñan florecer y dar frutos entonces hay que centrarse en nuestras potencialidades en el presente, porque no hay donde y cuando si no es aquí y ahora.

Nos Abriremos a explorar nuevas rutas en un bosque repleto de vida jugando con el cuerpo, la voz, los personajes, los mensajes internos, los conflictos interpersonales, necesidades, intereses y objetivos. La relajación, la exhalación del ruido de la mente y la inspiración en el silencio de la paz interior es fundamental para descubrir los secretos que entre los árboles susurran los sueños.

En la segunda etapa el análisis de la realidad y las emociones que habitan en el cuerpo pueden ser potenciadoras o limitadoras. Son como manzanas que en una cesta pueden servir de alimento o contaminar al cuerpo físico y sutil si no se gestionan adecuadamente. Para evitar que esto suceda el coaching corporal ayuda a aprender a gestionar, canalizar y transformar correctamente las emociones.

Nos Sacudiremos para liberar tensiones y cargas mentales, emocionales y sociales. Es importante arrancar aquello que ya no es útil para poder recuperar la fuerza necesaria para sembrar la confianza y la voluntad.

En la tercera etapa, es conveniente quemar la inseguridad, la duda y el miedo a la incertidumbre que puede crecer como la mala hierba y bloquea las alternativas y capacidad de acción. La metáfora del fuego es para que mediante el juego simbólico se domestique al ego, a los pensamientos limitantes y se dé forma a la imagen personal.

Nos Estiraremos para flexibilizarnos hasta poder llegar a encontrar las fortalezas y oportunidades que llevan a desarrollar el propio potencial para alcanzar las metas propuestas.

En la cuarta etapa del “PASEO” ya no queda otra que fluir como el agua y a sorbitos ir bebiendo cada acción para avanzar hacia la meta fijada con decisión. Se fomenta la lluvia de ideas y no cabe la duda que hay que darse un baño de conciencia bien fresquito. Hay que dar el paso de atreverse a comprometerse con una temporalidad delimitada.

Organizaremos nuestras ideas para ordenar un plan personal orientado a la acción responsable de compromiso en el progreso. La expresión corporal facilita llegar a lugares a los que es muy difícil acceder simplemente con procesos racionales. El cuerpo físico pesa a la hora de romper barreras o pautas de comportamiento y los cuerpos energético, emocional y mental ayudan sutilmente a integrar nuevas pautas de comportamientos más armónicas y constructivas.

El “PASEO” en realidad nunca termina cuando descubres que todo brota, inspira, brilla, mana e irradia pura vida y luz a tu alrededor.