Aprender a cambiar las preguntas que nos hacemos, para cambiar las historias que nos contamos y así, cambiar la realidad.
Los Diálogos Apreciativos son una metodología para a ver las cosas desde un ángulo más positivo. Nos ayudan a construir una visión de futuro positiva, partiendo de nuestras fortalezas y no de nuestros problemas o carencias.
Todo proceso que lidere o facilite procesos de participación activa con Diálogos Apreciativos debe fomentar:
– La predisposición del/la MAESTRO/A que motiva hacia el autocrecimiento.
– La habilidad del/la MAGO/A que incita al trabajo en equipo para sumar sinergias hacia el logro y excelencia.
– La fortaleza del/la GURRERO/A que genera la actitud, el deseo, las ganas de romper con la pasividad y el conformismo con una actitud de desarrollo personal y colectivo.
– La escucha del/la SANADOR/A que escucha activamente, empatiza, aprecia y reconoce para así poder pedir respeto para ser entendido/a.
– La sensibilidad del/la ARTISTA que mantiene los valores o ideales de innovación, implicación, ilusión, involucración e integración en el proceso de participación comunitaria.
Los procesos de participación activa deben fundamentarse en el Socioconstructivismo de la Teoría Apreciativa y en el Pensamiento Positivo para reencuadrar desde las oportunidades y potencialidades, es decir; aprovechar lo positivo, de lo que se puede sentir orgullo; valorar lo mejor, lo que funciona para solventar las necesidades.
En primer lugar es fundamental generar conversaciones centradas sobre convertir lo malo en potencialidad de mejora y valorar encarecidamente lo bueno, lo mejor y lo posible. Centrarse antes de actuar para DESCUBRIR LO MEJOR y focalizarse en prioridades. Todo ello con el arte de hacer preguntas apreciativas con dinamismo y entusiasmo.
En segundo lugar hay que ser realistas y orientarse hacia la acción con entusiasmo, energía y motivación para DINAMIZAR CON OPTIMISMO y tener una visión en prospectiva para visionar lo posible, soñar o aspirar a lo que pueda llegar a ser a través de imágenes positivas más allá de los límites, para ver así la potencial de cambio.
En tercer lugar es necesario tener la confianza, el coraje y la determinación de atreverse a cambiar a mejor, para de este modo DISEÑAR LAS ACCIONES IDEALES y llevar a cabo las buenas ideas para construir lo que debería ser como un libro abierto a formular proposiciones provocativas de lo que debería ser. De este modo, se analizan las causas y las múltiples posibles soluciones.
En cuarto lugar hay que tener paciencia y calma al concretar las pautas para poner en práctica el plan de acción y los proyectos para cumplir el destino deseado. DEFINIR Y CONCRETAR OBJETIVOS para conseguir mantener la estabilidad a la hora de conseguir resultados a medio y largo plazo, priorizando en el proceso y en la innovación de las propuestas para que así sea.
En quinto lugar se trabaja con la elección y DECLARACIÓN DE TÓPICOS O EXPRESIONES AFIRMATIVAS para crecer desde el éxito y el análisis del error, puesto que, el pensamiento y el lenguaje crean el mundo y lo positivo inspira a generar confianza y a centrarse en la construcción sobre lo positivo.
Con respecto a la participación colectiva y ciudadana y la construcción de una mejor realidad posible, no es importante la predicción o la interpretación de futuros posibles para reaccionar ante lo inesperado sino una Prospección autocrítica, creativa y revolucionaria, puesto que, no se puede hacer prospectiva partiendo de proyecciones del pasado o del presente, ya que lo que en el presente se considera “normal”; en el futuro podría no serlo.
De este modo, en prospectiva la planificación se enfoca también desde el futuro hacia el presente, lo importante es ampliar la visión hacia posibles futuros para comprenderlos y poder influir en ellos. Se trata de imaginar o proyectar escenarios de los mejores futuros posibles, denominados “futuribles”, casi siempre condicionados por múltiples variables, con el fin último de planificar las acciones necesarias para evitar o acelerar su ocurrencia.